Si necesitas promocionar tu actividad o negocio en internet te interesa saber qué es un buscador y sobre todo cómo funciona. Te vendrá muy bien para hacer SEO o entender cómo se muestran los anuncios que quieras difundir a través de ellos. Ya sabrás que los buscadores se encargan de indexar, clasificar y posicionar los contenidos para mostrarlos en los resultados cuando utilizamos un navegador.

Lo hacen utilizando variedad de recursos y filtros para tratar de responder de manera efectiva según la intencionalidad de búsqueda del usuario. Te ofrecerán variedad de resultados en diferentes formatos, tanto orgánicos como patrocinados. Vamos a entender cómo lo hacen.

Contenidos de esta publicación

¿Qué es un buscador?

Los buscadores se componen de diferentes partes de software y hardware. Por un lado aplicaciones y bases de datos que rastrean, organizan y gestionan la información y por otro servidores y sistemas para almacenarla.

Las palabras clave que componen la solicitud en un lenguaje más o menos natural, obtienen las respuestas apropiadas. Para ello, se tienen en cuenta diferentes aspectos semánticos, e incluso la posibilidad de contemplar errores ortográficos y gramaticales. A continuación vamos a ver cuáles son los elementos o componentes más importantes de un buscador para entender cómo funciona.

La araña o robot que rastrea

Se trata de programas cuyo objetivo es explorar los sitios web y cada una de las páginas que los componen. Lo hacen a través de diferentes tipos de enlaces que vinculan unos contenidos con otros. Su función es empezar a clasificar la información para que sea accesible. Y para ello genera una especie de fichas con las características de las páginas que es capaz de examinar.

Para entender qué es un buscador hay que saber lo que hacen. Visitan los sitios y páginas web cuando están indexadas, generando una especie de estructura o mapa del sitio bajo su supervisión. Rastrean con mayor frecuencia los sitios web que se actualizan periódicamente, por ello es muy importante renovar los contenidos y crear otros nuevos. Suelen conceder mayor atención a los dominios o URLs en la medida en la que detectan más cambios o mayor movimiento.

Existen arañas de diferentes tipos que pueden desempeñar labores como asociar la publicidad apropiada a los sitios web o hacer énfasis en las noticias o publicaciones de mayor actualidad. Otras otorgan preferencia a determinados formatos de contenido, como las imágenes o el vídeo. Y desde hace menos tiempo, hasta son capaces de diferenciar entre un entorno de navegación de escritorio u otro a través de dispositivos móviles.

Hay que saber que cada robot se identifica como un agente de usuario concreto, y esto puede ayudar a filtrar sus visitas para saber de cuál de ellos proceden. Es posible acceder a parte de esta información a través del archivo de registro del servidor (log) o por medio de ciertos indicadores en Google Search Console. Aquí podremos conocer la cantidad de páginas rastreadas, los kilobytes que se descargan y el tiempo de descarga. Cuanto más rápidos son los servidores y la optimización WPO mayor será el crawl budget o cuota de rastreo, Google rastreará más páginas en menos tiempo.

El índice o base de datos

Aquí es dónde se almacena toda la información recabada por las arañas o robots. Se realizan copias de cada página para posteriormente analizar el contenido. Este proceso de “comprensión” se consigue gracias a los algoritmos y la inteligencia artificial.

Los índices de lo que es un buscador, obtienen la información a partir de textos, imágenes o vídeos, entre otras cosas. Generan diferentes referencias y metadatos para poder localizarlos. Cuando realizamos una consulta se inicia un proceso de recuperación para servir resultados.

Esta gran base de datos se estructura y distribuye entre multitud de servidores a nivel mundial. Y hasta se puede acceder a cada página gracias a la caché de Google por ejemplo, usando el siguiente comando en el navegador “cache:aquí la URL”. Parte de la experiencia de usuario se nutre de este índice para obtener respuestas. Así que para poder servir una pila de resultados, la información tiene que encontrarse clasificada.

Gracias a ello, cuando buscamos e introducimos una palabra clave en el campo del navegador, este nos devuelve una lista de resultados, paneles y fragmentos enriquecidos. Cada uno de ellos se forma y organiza previamente a partir de este índice de clasificados.

La interfaz de búsqueda

Se trata de la interfaz en la que el usuario busca y también en la que se muestra la información obtenida como respuesta en las SERP o páginas de resultados.. Las prioridades quedan establecidas en base a diferentes factores de posicionamiento SEO. La ordenación depende de diferentes factores que influyen en su estructura

El el caso de lo que es un buscador como Google, hasta permite filtrar por imágenes, noticias, vídeos, productos, vuelos e incluso información sobre finanzas. Otras posibilidades son las de establecer el idioma de preferencia, un rango de fechas, e incluso disponer de la búsqueda avanzada.

Lo más habitual es realizar búsquedas desde la propia página del buscador de Google de cada país, como “www.google.es” o desde cualquier navegador que tenga el buscador de Google. También desde las App para los sistemas operativos móviles como Android y IOS.

Lo más reciente e innovador para realizar búsquedas es el reconocimiento de voz, por medio de altavoces inteligentes como Google Home con su correspondiente asistente. Los aparatos que no tienen pantalla, ofrecerán respuestas a consultas específicas.

En esta clasificación de resultados, pueden mezclarse diferentes tipos de fragmentos de texto, enlaces, paneles e imágenes. Cada uno de ellos a su vez puede tener su origen en una favorable indexación orgánica gracias a la optimización SEO, o proceder de las campañas publicitarias de los anunciantes.

En la parte superior suele aparecer publicidad y anuncios, a los que les suceden resultados orgánicos y bloques de anuncios hacia la parte del medio o al final. Aunque lo cierto es que la disposición puede cambiar mucho en relación a variedad de parámetros y funcionalidades, incluyendo el factor de la geolocalización.

Los algoritmos

En medio de todos estos elementos de lo que es un buscador, se encuentran los algoritmos que se encargan de ordenar y clasificar la información. Se trata de programas más o menos complejos que realizan unos procesos para tratar con buen criterio todo lo que se almacena.

Google marcó la diferencia hace años con respecto a otros buscadores gracias a su PageRank, por cuestiones de relevancia. Pero los algoritmos cambian y evolucionan de manera constante, en parte para evitar malas prácticas por parte de los usuarios.

El concepto de relevancia se sirve ahora de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para mostrar y ordenar los resultados adecuados de manera eficaz. Es por ello que el procesamiento de la información mejora cada día.

Conclusiones

¿Ya tienes claro qué es un buscador?. Entonces ya sabes también que un buscador ofrece respuestas en base a diferentes grados y niveles de relevancia. El criterio para hacerlo, depende de variedad de algoritmos que cambian con el tiempo y delos que de pende el posicionamiento web. Tendrás que considerarlo a la hora de establecer prioridades para crear contenidos.

De cualquier manera, el proceso sucede siempre en beneficio de satisfacer la demanda del usuario de manera efectiva. Y teniendo en cuenta que los fragmentos o snippets publicitarios se cuelan habitualmente entre las primeras posiciones para influir en su decisión, podrás aprovecharlo a tu favor.

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